A partir de una determinada edad, cualquier producto que buscamos para mejorar el aspecto de nuestra piel tiene que tener un ingrediente clave: el ácido hialurónico.
Pero… ¿sabemos por qué? ¿Qué le hace tan imprescindible? ¿Cómo actúa en nuestra piel? Pues bien, en este post os hablaremos de las bondades que tiene este nutriente y cómo utilizarlo para conseguir los resultados esperados. ¡Apunta, apunta!
En primer lugar, y sin que quede duda alguna sobre ello, se trata de uno de los mejores ingredientes para cuidar y rejuvenecer la piel. Como definición científica podemos tener en cuenta que se trata de un polisacárido del tipo de gluscosaminoglucano, es decir, un tipo de azúcar, que se encuentra en nuestro organismo, especialmente en la piel, que actúa para mantenerla protegida y renovada constantemente.
Tiene unas propiedades espectaculares, ya que posee gran capacidad para retener la humedad, y es que una sola molécula de este ingrediente puede contener hasta mil veces su propio peso en agua. Impresionante, ¿no? Pues sí, este aspecto es lo que consigue que nuestra piel esté hidratada y constituye uno de los principales motivos por los que se incluye en cremas y cosméticos de todo tipo.
Asimismo, esta capacidad de absorber como una esponja y de retener grandes cantidades de agua en la piel es lo que hace aportar a nuestra piel mayor volumen, reducir las arrugas y disimular las líneas de expresión, así como revitalizar las capas superficiales externas de la piel.
¿Por qué es más importante incluir este ingrediente en nuestras rutinas faciales a medida que pasa el tiempo?
La capacidad de este nutriente de retener la humedad es de gran relevancia para tratar el envejecimiento de la piel, pues cuando somos jóvenes, ella misma retiene el agua y mantiene un equilibrio adecuado de humedad. Sin embargo, con el paso del tiempo, la producción de ácido hialurónico se reduce y provoca la tan temida pérdida de firmeza y volumen, produciéndose un envejecimiento de la piel. Con este aporte, los valores de hidratación quedarían compensados.
En este sentido, también la capacidad antioxidante del ácido hialurónico y sus propiedades rejuvenecedoras ayudan a mitigar en gran parte problemas en la piel ocasionados por factores ambientales o climáticos, así como otros condicionantes como puede ser el estrés y la excesiva exposición al sol.
Por todo ello, el ácido hialurónico debe formar parte de tu rutina facial diaria, sobre todo a partir de cierta edad.
¿A qué esperas para probar sus beneficios?
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